Àgatha y un momento de fin de semana

POR GABRIEL MARIA PÉREZ

Fuente: Univers Àgatha | 03/06/2023

Fotografía: Univers Àgatha

Es sábado por la tarde, hora de la sagrada siesta.

Mientras mamá está recostada en el sofá mirando a alguna peli de esas de sobremesa, el resto de la casa se mantiene en silencio. Bueno, casi, pues al tener las ventanas un poco abiertas y dar directamente a la calle, el sonido de los vehículos rompe a menudo ese silencio.

Pero se siente la calma del fin de semana.

Salgo de mi habitación, donde intentaba dormitar un poco, ese descanso que entre semana nunca consigo tener del todo. Sí, ir a dormir tarde, despertarse temprano. Locuras de una mente siempre algo dispersa.

Voy a la cocina para beber un poco de agua fresca, abro la nevera, cojo la botella que se me antoja mas fría, me lleno un vaso hasta arriba y me lo bebo de espaldas a la puerta, poco a poco.

¡Ah! ¡Qué rica está!

Al momento de este suspiro, siento que me tocan la espalda y un gruñid oseco.

¡¡Grumf!!

Me sobresalto, me giro y es Àgatha, con sus cucharillas de plástico atadas a su mano derecha, de nuevo me toca suavemente el brazo, mientras tiene su otra mano metida en la boca.

Le sonrío, le quito suavemente la mano de la boca y se la seco con un pedazo de papel de rollo de cocina.

¿Tienes sed?

No contesta, claro, pero lleno otro vaso con agua fría de la misma botella, se la acerco a su boca, ella la abre y sin hacer ninguna pausa para respirar se bebe casi todo el contenido hasta soltar un gran suspiro, motivado por haber aguantado demasiado tiempo la respiración.

Le seco la boca, le acaricio la mejilla, le pregunto si quiere más.

¡¡Grumf!!

Me mira y sonríe tímidamente.

Sensacional sonrisa.

Le empujo suavemente por los hombros para llevarla por el pasillo hacia su habitación donde su mamá le ha puesto música a un flojo volumen, y me vuelvo a la mía.

Misión cumplida.