¿Yo? ¡Yo no soy autista!

POR SARA GUTIERREZ

Fuente: Autismo en Vivo | 08/01/2023

Fotografía: Pixabay.com

Muchos adultos descubren su condición autista a raíz del diagnóstico de sus hijos, pero para algunos es muy difícil de aceptar la posibilidad de que puedan serlo.

Se dice que siempre es más fácil ver las características de los demás que las propias, aunque estas sean marcadas de forma incuestionable. En el caso del autismo, para quienes conocemos el tema, no sólo en primera persona, si no también por haberlo estudiado en cierta profundidad, al menos para saber todas sus características conductuales, resulta bastante fácil identificar a nuestros semejantes.

Sorprendentemente, para muchos padres y madres que no sólo están familiarizados con el autismo por sus hijos, si no por estar implicados en actividades de apoyo al colectivo, incluso profesionalmente, resulta inaceptable la posibilidad de estar ellos también en el espectro, por más que en muchos casos salta a la vista al poco tiempo de conocerlos un poco.

Hace gracia cuando se refieren a las personas con autismo con cierta compasión, por no decir arrogancia misericordiosa, sin darse cuenta de que ellos son autistas de manual, aunque por su capacidad de alto funcionamiento no hayan necesitado nunca de terapia e incluso hayan triunfado profesionalmente. En este caso, se sabe que las características de las personas con altas capacidades se asemejan a menudo con las de las personas con autismo, pero no por casusalidad, si no porque hay correlación entre ambas condiciones neurodivergentes.

La condición de alta capacidad sin duda es un “plus” que, aunque llevada con actitud humilde, otorga un cierto sentimiento de superioridad hacia el resto de los mortales. Por el contrario, la condición autista está estigmatizada, y supone, a ojos de la mayoría, una cierta discapacidad. ¿Cómo va a aceptar alguien con tan alto concepto de sí mismo una condición estigmatizada? Esto supondría “bajar de nivel”, para muchos, por más teactivistas que sean.

Curiosa la contradicción, como tantas otras inherentes a la condición humana, que se explican básicamente por el bajo nivel de madurez, conciencia y capacidad autocrítica, por más que la humildad y la conciencia sean o deberían ser cualidades asociadas a la inteligencia. En fin, nadie es perfecto, tampoco los que se lo creen…