POR JOSEP-ORIOL VACA KIRCHNER
Fuente: Autismo en vivo | 21/10/2024, Barcelona, España
Fotografía y obra: Ferran Soriano | "Poema d'un somni clos"
Nunca hablaré de pruebas, ni de que nada nos “trate” como a material en bruto. Construimos personajes. Y tenemos miedo.
Recuerdo una vez, siendo joven, que en un baño de tarde en la famosa Costa Brava decidí subir un peñasco que emergía del mar. No era gran cosa —se elevaba unos 10 metros por encima del agua—, pero la vertical guarda secretos, en relación a la planta. El caso es que a mitad de ascenso, en un punto escarpado, no encontré piernas ni para culminarlo ni para descender. Durante unos minutos quedé medio abrazado a la roca en una de esas estampas tontas, si se quiere, pero que en realidad ilustran sobre la vida misma.
¿En qué punto te paralizaste tú, amigo o amiga? A veces no es cosa de fechas; hablaríamos mejor de una época en que prosperar parece imposible... pero el tramo es ya demasiado importante para volvernos. La roca, sin duda, son las convicciones, valores, por supuesto amores, que nos engarzan a la vida. Pero su firmeza no excluye que ahora tengas que inventar, y eso sólo lo vas a hacer tu. ¿Por qué? Porque tu llegaste hasta ahí.
Hace ya algunos años, mi hijo afectado de autismo empezó a plantearse si valía la pena un camino tan tortuoso. De hecho sus frases, a tan temprana edad, dañarían a cualquier corazón. Y fue entonces cuando encontré e incorporé un concepto que para ambos sigue vigente: el peso del ser sobre el no ser. Hay, pues, algo innegociable. Un rio, surcando el sequedal por el que a menudo atravesamos: «Jo vull existir!» (¡yo quiero existir!). Ni una vida de renuncias nos llevará a renunciar a la vida.
Error de cálculo, en aquella tarde marina. Creí que podía hacer algo divertido y me encontré con algo muy serio. Ahora, no entonces, pienso que el lugar de seguridad puede desvanecerse... o es que en realidad pide ―y vale― un golpe de protagonismo. Por eso, si te encuentras en ese punto de «sudor frío», con la ansiedad saliendo a pasear, dile: Gracias, ahora mando yo. El terreno sabrá de qué hablas, y sacará escalones si es preciso. Parece claro que los encontré... Tal vez no era el día de coronar nada, sino de volver a amarlo todo. Al fin y al cabo, existir es que unos ojos te miren esperando algo de ti.
magnific amic
Magnífic, Josep Oriol!!