Veraneo

POR GABRIEL MARIA PÉREZ

Fuente: Univers Àgatha | 06/08/2024

Fotografía: Pixabay

Tienes ganas de veraneo, de cervecita, de viajecito largo al volante. ¡Me encanta conducir! Con la música a medio volumen, mi amada mujer a mi lado y mi querida hija con autismo, Àgatha, detrás, con sus pequeños sonidos guturales, pero siempre o casi siempre tranquila.

Este año parecía que estaba más calma y risueña que nunca, pero, de repente, el espanto, como siempre, también, imprevisible.

Estos chicos con autismo se transforman en verano, con los cambios de hábitos, con las subidas de las temperaturas, con el cambio de algunas comidas, también de actividades.

Los cambios en las rutinas así como los imprevistos, suelen suceder muchísimas veces a lo largo de nuestras vidas, esto afecta, en especial a los niños y adolescentes.

Cuando en la familia hay un niño con Trastorno del Espectro Autista, dichos cambios afectan aún más, ya que la inflexibilidad para afrontarlos o el apego a ciertas actividades de interés puede afectar significativamente su conducta, emociones y ajuste al ambiente.

Mi hijita se ha puesto nerviosa y con innumerables tics, estereotipias, autolesiones mordiendo su mano, cosa que hacía mucho mucho tiempo que no hacía, un pequeño paso atrás, y como no habla, no sabe decir qué es lo que le está pasando.

Es increíble, eso sí, que perdura su sonrisa, aunque con un deje de tembleque en sus labios, lo que denota cierta incomodidad en su estado, muy agitado, de nerviosismo.

Cuando parecía que este año teníamos a la Àgatha risueña, calmada, relajada, ha aparecido de nuevo el nervio, la tormenta y rayos y truenos varios.

Pero, mira por donde, parece que empieza a destensar los nervios, sus pequeños tics. Empieza a acercarse y a hablarnos a su manera, con sonidos guturales suaves. Parece que su sonrisa cada vez es más limpia.

No, no nos fiamos, pero confiemos en que finalmente podremos pasar el viaje programado para este agosto con mucha más armonía de la esperada.

¿A que sí, Àgatha querida?