Ilustración de Alex Eben Meyer
POR CHARLES Q. CHOI
Fuente: Spectrum | 12/10/2022
Fotografía: Alex Eben Meyer
Variantes comunes en cinco regiones del genoma distinguen a las personas con autismo de las que padecen TDAH
Según un nuevo estudio, variantes comunes en cinco regiones del genoma distinguen a las personas con autismo de las que padecen trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), y estas alteraciones pueden tener efectos radicalmente opuestos en el volumen cerebral y otros rasgos. Las dos enfermedades comparten variantes comunes en otras siete regiones.
Las personas con autismo y TDAH concurrentes tienen más de estas variantes comunes que aquellas con cualquiera de las dos condiciones por sí mismas, lo que sugiere que el diagnóstico combinado - introducido en 2013 - puede merecer ser su propia categoría, una que es significativamente diferente del autismo o el TDAH por sí solo, dicen los investigadores.
"Nuestros resultados aportan nuevos conocimientos sobre la arquitectura genética y los fundamentos biológicos del desarrollo de uno o ambos trastornos", afirma Anders Børglum, profesor de Biomedicina de la Universidad de Aarhus (Dinamarca), que dirigió el estudio. Y hacen avanzar a los investigadores "hacia los objetivos a largo plazo de un mejor diagnóstico y tratamiento de estas afecciones".
Aunque el autismo y el TDAH difieren entre sí en cuanto a rasgos básicos, investigaciones anteriores han insinuado un importante solapamiento genético: Ambas condiciones tienden a darse en familias, y entre el 25 y el 32 por ciento de las personas autistas tienen TDAH, según un estudio de 2019.
Los científicos han debatido durante mucho tiempo si el autismo y el TDAH representan condiciones distintas o una condición a lo largo de un solo continuo de gravedad, dice Geraldine Dawson, profesora de psiquiatría y ciencias del comportamiento en la Universidad de Duke en Durham, Carolina del Norte, que no participó en este trabajo.
"Este estudio aporta pruebas convincentes de que el autismo y el TDAH son afecciones genéticas distintas que comparten algunos componentes de riesgo genético", afirma. "Las personas diagnosticadas tanto de autismo como de TDAH representan una entidad clínica distinta", y los enfoques terapéuticos para ellos "necesitan abordar simultáneamente ambas condiciones - y considerar cómo tener ambas condiciones también resulta en desafíos únicos."
El equipo de Børglum realizó un estudio de asociación del genoma completo -centrado en 8,9 millones de cambios comunes de una sola letra- en 34.462 personas con autismo, TDAH o ambos, así como en 41.201 controles, del Consorcio de Genómica Psiquiátrica y la Iniciativa de la Fundación Lundbeck para la Investigación Psiquiátrica Integrativa (iPSYCH).
Los investigadores descubrieron que siete regiones genéticas, o loci, albergan variantes comunes encontradas en personas con autismo, TDAH o ambas afecciones, pero no en controles, incluidas dos regiones que trabajos anteriores que analizaban los mismos datos habían pasado por alto. Todos estos loci comunes están estrechamente relacionados con trastornos psiquiátricos como la depresión, señalan los científicos.
Otros cinco loci contienen variantes que pueden diferenciar ambos trastornos, según una comparación de 9.315 personas sólo con autismo y 11.964 sólo con TDAH. Cuatro de estas regiones escaparon a análisis anteriores en busca de diferencias.
Un subconjunto diferente de cuatro de estos cinco loci está fuertemente asociado a rasgos cognitivos, como el nivel educativo, el neuroticismo, el tamaño de ciertas regiones cerebrales, los años de escolarización y el cociente intelectual en la infancia. Las variantes dentro de estos loci tenían efectos opuestos en las dos condiciones.
Por ejemplo, una variación vinculada al autismo en el grupo de genes de histonas HIST1 del cromosoma 6 también se correlaciona con un mayor rendimiento cognitivo y un globo pálido izquierdo más grande que la media, una región cerebral asociada al movimiento voluntario. En cambio, otra variación del gen HIST1 relacionada con el TDAH se asocia con un menor rendimiento cognitivo y un globo pálido izquierdo más pequeño que la media.
Børglum y sus colegas detallaron sus hallazgos en la edición en línea del 26 de septiembre de Nature Genetics.
A menudo se piensa que las personas que padecen autismo y TDAH tienen más de una enfermedad que de la otra, afirma Dawson. Pero el nuevo estudio descubrió que estas personas poseen rasgos genéticos para ambas afecciones.
Las diferencias genéticas entre el autismo y el TDAH avalan el cambio introducido en la quinta edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales para permitir, por primera vez, el diagnóstico de ambas afecciones en la misma persona, afirma Børglum.
Un objetivo a largo plazo de la genética psiquiátrica "es proporcionar datos que puedan utilizarse para desarrollar diagnósticos más fundamentados biológicamente", afirma Jan Haavik, catedrático de Biomedicina de la Universidad de Bergen (Noruega), que no participó en este trabajo. "Este estudio podría ser un paso en esta dirección", por ejemplo, al dividir el autismo de una afección en múltiples categorías genéticas.
Un inconveniente del nuevo análisis es que sólo tuvo en cuenta a personas con ascendencia genética europea, afirma Børglum. "En futuros estudios, esperamos disponer de muchas más muestras con ascendencias diversas", así como de muestras de mayor tamaño, para dilucidar mejor cómo podrían aplicarse estos hallazgos a los autistas en general.
El estudio también es limitado porque se centró exclusivamente en variantes genéticas comunes, afirma Jonathan Sebat, director del Instituto Beyster de Genómica Psiquiátrica de la Universidad de California en San Diego, que no participó en esta investigación. "Es bien sabido que el autismo tiene una contribución sustancial de variantes raras, y éstas también podrían ser factores que discriminen el trastorno del espectro autista y el TDAH".
Futuros trabajos podrían considerar variantes comunes y raras a la vez. Además, cuando Børglum y sus colegas investigaron los loci en los que difieren el autismo y el TDAH, sólo se fijaron en las personas que padecían alguna de las dos afecciones. Según Børglum, en futuras investigaciones se podrá examinar qué ocurre en estos loci en las personas que padecen tanto autismo como TDAH, aunque sospecha que en estos loci son genéticamente similares a las personas que no padecen ninguna de las dos afecciones.
Citar este artículo: https://doi.org/10.53053/VMWC4683
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