POR ALEX GARCIA
Fuente: Autismo en vivo / 17/01/2021, Barcelona
Fotografía: Pixabay
La mayor sensibilidad, memoria de episodios negativos e incomprensión que sufren los Asperger hace que lleven siempre una carga de emociones negativas superior a la de la mayor parte de neuro-típicos, lo que les convierte también en más susceptibles e irascibles.
Como ya se ha explicado en otros artículos, la negatividad que sufren del entorno a causa de la incomprensión y el cansancio social, sumado a la alta sensibilidad más la falta de empatía que reciben en muchos casos y la mayor memoria para los episodios negativos, genera una acumulación de pensamientos y emociones negativas realmente difícil de gestionar y sobrellevar.
Como se explica en el artículo “¿Mala intención? No, ¡mala intuición, mala interpretación!”, también habría que añadir el hecho de la dificultad de los Asperger a la hora de interpretar correctamente la intencionalidad de los gestos y comentarios de los neuro-típicos, que, debido al historial de negatividad recibido del entorno, les convierte en especialmente susceptibles.
Sucede, como con cualquier neuro-típico pero con mayor frecuencia, que las heridas emocionales no resueltas añaden más y más puntos de susceptibilidad y la irascibilidad consecuente. La solución es aprender a curar las heridas emocionales y desarrollar estrategias asertivas para evitar sufrir más heridas.
Durante un largo periodo de tiempo, hasta que no aprenden bien todos los códigos neuro-típicos, dudan o simplemente tienden a interpretar negativamente las actitudes aparentemente negativas de los neuro-típicos hacia ellos.
Consecuencia inevitable de todo ello es también una mayor irascibilidad. Cuando el vaso está lleno de negatividad y malestar emocional, la gota siguiente ya hace que se derrame. La consecuencia casi inevitable de la susceptibilidad es la irascibilidad. Ahí depende también de la capacidad de cada cual de gestionar sus emociones y su asertividad.
Sin duda, lo deseable es evitar que el vaso se vaya llenando, desarrollando la habilidad de vaciarlo tanto o más de lo que tiende a llenarse. Para ello, los artículos “Estrategias para el bienestar emocional” y “Claves para gestionar las emociones” explican muchas herramientas que pueden servir para limpiar regularmente dicha carga de negatividad emocional.
Paralelamente, para evitar que se llene es vital desarrollar un buen nivel de asertividad junto con una buena estrategia de relaciones sociales. La asertividad nos servirá para lidiar con situaciones de conflicto, encontrando el punto de equilibrio entre la pasividad y la agresividad, que comunique autoestima y equilibrio psicológico a las personas de nuestro entorno, haciéndose respetar y evitando que sigan los flujos de negatividad hacia ti. Los artículos “Reprogramar la mente para ser nuestra mejor versión” explican cómo hacerlo.
Finalmente, la estrategia de relaciones sociales sirve básicamente para evitar encontrarse en situaciones de debilidad respecto a nuestro entorno, pues los flujos de negatividad van inevitablemente hacia los más vulnerables, y con una buena estrategia se puede reducir dicha vulnerabilidad en gran medida. El artículo “El interés especial, clave de la socialización” explica cómo hacerlo. Además, muchas entidades dedicadas al colectivo Asperger ofrecen programas de ocio en un entorno protegido para los casos de mayor vulnerabilidad.
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