POR JAVIER YANES
Fuente: BBVAopenmind | 03/03/2023
Fotografía: Getty Images | Pixabay
Ruido blanco, marrón, rosa, azul… El ruido no solo tiene una gama de colores, sino que algunos de éstos pueden tener aplicaciones en la salud. Pero parece también uno de esos campos en los que las proclamas pueden llevarse demasiado lejos. Lo cierto es que la ciencia sobre los beneficios de los ruidos de colores aún es joven y escasa.
El poder del sonido
Conocemos el ruido blanco como el asociado a la nieve en los antiguos televisores o a la estática en las radios, cuando no se selecciona ninguna emisora. La ficción ha explotado este concepto para convertirlo incluso en la puerta de entrada de espíritus malignos en la película de 1982 Poltergeist. En analogía con la luz blanca, que contiene todos los colores, el ruido blanco se denominó así por tratarse de una señal aleatoria de igual intensidad a lo largo de toda la gama de frecuencias (aunque esto último no ocurre en la luz blanca).
Así como cada color de luz tiene su banda de frecuencias, por analogía se aplican los nombres de los colores a los distintos espectros de las ondas sonoras. Los oficialmente definidos por el estándar de telecomunicaciones de EEUU son el blanco, rosa, azul y negro (equivalente a un silencio con alguna señal aleatoria). Pero también se reconocen el violeta/morado, marrón/rojo, verde y gris, siendo este último un ruido blanco ecualizado de modo que todas las frecuencias suenen al mismo volumen para el oído humano.
Las aplicaciones de los ruidos
Actualmente se estudian las posibles aplicaciones de los distintos colores de ruido. El sonido en general nos afecta de modos que aún conocemos poco: los experimentos muestran que ciertos niveles de ruido pueden mejorar la creatividad o la función cognitiva. El ruido urbano puede incluso alterar el color del pico de los pájaros. Pero de igual modo que la influencia de los colores se lleva al extremo de proclamas curativas no demostradas, también en el campo de los beneficios del sonido la ciencia aún debe separar la señal del ruido.
Un arco iris de sonidos
El ruido marrón se denomina así en alusión al movimiento browniano (“brown”, “marrón” en inglés), como se conoce el de las partículas que se mueven al azar en un medio. A veces se llama ruido rojo, por ser el espectro de este color el que más se asemeja al de este tipo de ruido. Algo parecido al ruido marrón sería el del trueno. El ruido rosa (del que se suelen poner como ejemplos el sonido del mar o el de una cascada) se encuentra a mitad de camino entre el rojo y el blanco, y se utiliza en electrónica para afinar altavoces. El ruido marrón es más profundo que el rosa, y este que el blanco. El ruido violeta es el más agudo.
Ciertos estudios apuntan al ruido rosa como una posible ayuda al sueño, aunque hay aún menos datos que sobre el ruido blanco. En cuanto al ruido marrón, recientemente ha sido tendencia en las redes sociales por las afirmaciones de algunos usuarios de que puede mejorar la concentración en las personas con trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), algo que ya se ha propuesto para el ruido blanco. Según los expertos, estas proclamas no están avaladas por la ciencia; advierten de que se necesitan más investigaciones, pero también que el efecto de los distintos colores de ruido puede variar de una persona a otra.
La larga historia del ruido blanco
El napolitano Gian Lorenzo Bernini es conocido como el genio de la escultura barroca, creador de obras como la columnata y el baldaquino de la Basílica de San Pedro. Pero mucho menos se conoce que fue también un precursor del ruido blanco. En 1667 el Papa Clemente IX, que sufría de un grave insomnio, le encargó que encontrara un modo de ayudarle a dormir. Dado que al Papa le relajaba el ruido de las fuentes, Bernini construyó una máquina que simulaba este sonido con una rueda y globos de papel. Al parecer, tuvo éxito.
Fue en los años 20 del pasado siglo cuando se definió el ruido blanco. En 1962 un viajante llamado Jim Buckwalter creó la primera máquina comercial que utilizaba un ventilador, y que hoy aún se vende. El ruido blanco tiene aplicaciones en electrónica, música o computación, pero durante largo tiempo también se le han atribuido beneficios para las personas con insomnio o tinnitus. Hoy existen apps que lo generan, y este y otros colores están disponibles en servicios de streaming como Spotify. Supuestamente, el beneficio se debe al efecto de enmascarar otros sonidos.
Sin embargo, tampoco los beneficios de estas máquinas o apps son indiscutibles. Un estudio encontró que sus niveles de ruido superan los considerados saludables. Y aunque existen datos que avalan su efecto como ayuda al sueño, una revisión de estudios publicada en 2020 concluyó que las pruebas son débiles, y que en algunos casos el daño puede ser mayor que el beneficio. Según los investigadores, se necesitan más investigaciones “antes de promocionar el ruido continuo como una ayuda al sueño”.
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