ALEX GARCIA
Fuente: Autismo en Vivo | 27/07/2021
Fotografía: Pixabay.com
El cansancio social es una de las facetas Asperger más incomprendidas, si bien muchos neuro-típicos también lo sufren. En ocasiones está incluso mal visto.
Como se ha comentado en anteriores artículos, la forma de ser Asperger se asemeja y se respeta más en algunos entornos culturales que otros. Me duele repetir que las sociedades de cultura latina no son precisamente amigables para la gente Asperger, en la medida que se valora mucho la pertenencia al grupo y la vida social, a mi parecer, de forma excesiva en muchos casos.
En la medida que existe una presión social en este sentido, y que a nadie le gusta ser visto como demasiado raro ni ser excluido del grupo, sobre todo cuando se es más joven, uno tiene tendencia a aguantar más de la cuenta y quemarse con las relaciones sociales, sin dejar el suficiente espacio para la soledad, y la práctica de tus intereses especiales en una zona de verdadero confort.
Si a ésto se le añade las provocaciones y comentarios molestos habituales que reciben las personas Asperger, el cansancio social se convierte en hartazgo social y las “ganas locas” de pasar tiempo en soledad. Precisamente por esta incomprensión y los comentarios y actitudes que se derivan de ella, junto con la hipersensibilidad propia del Asperger, me atrevo a decir que las relaciones sociales de los Asperger tienen tendencia a tener un componente de toxicidad más alto del habitual.
En mi caso, puedo decir que muchos de los momentos más felices de mi vida han sido cuando he desconectado de relaciones tóxicas. El sentimiento de liberación ha sido de lo mejor que me ha pasado en mi vida. Es realmente triste que así sea. Como dice la típica frase: “Más vale estar solo que mal acompañado”. Uno de los grandes retos de la vida Asperger es encontrar buenas compañías, que compartan la sensibilidad y temas de interés. Ello lleva tiempo, y se alcanza en mayor medida con la madurez.
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