Desglosarlo: Un nuevo cuestionario, que se puede rellenar online, caracteriza en profundidad las conductas repetitivas en jóvenes autistas./ Cortesía de Carlos G. López / Getty Images
POR LAURA DATTARO
Fuente: Spectrum | 13/01/2023
Fotografía: Carlos G. López / Getty Images
Según un nuevo estudio, los intereses restringidos y los comportamientos repetitivos (RRB) de los autistas se dividen en ocho categorías distintas
Según un nuevo estudio, los intereses restringidos y los comportamientos repetitivos (RRB) de los autistas se dividen en ocho categorías distintas. Estas categorías constituyen la base de una nueva herramienta para evaluar estos comportamientos en niños y adolescentes.
Las RRB son un rasgo esencial del autismo, pero varían mucho en tipo e intensidad. Algunas, como los intereses especiales y las palmadas, pueden ser beneficiosas, mientras que otras pueden distraer o causar autolesiones.
Varias herramientas existentes -incluidas la Escala de Conductas Repetitivas Revisada (RBS-R) y el Cuestionario de Conductas Repetitivas 2 (RBQ-2)- catalogan las RRB en los niños. Pero ninguno capta toda su amplitud, afirma el investigador principal, Antonio Hardan, profesor de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento de la Universidad de Stanford (California).
Con el nuevo cuestionario, denominado Evaluación Dimensional de Conductas Restringidas y Repetitivas (DARB, por sus siglas en inglés), los padres pueden evaluar las conductas repetitivas de sus hijos en cada uno de los ocho subdominios. Según Hardan, es probable que las distintas RRB estén relacionadas con diferentes alteraciones genéticas y neurobiológicas, y la DARB podría ayudar a los investigadores a agrupar con mayor precisión a los participantes en el estudio para dirigir tratamientos específicos.
"Si no tenemos esa separación clara a nivel clínico, los estudios genéticos no podrán de ninguna manera encontrar buenos vínculos", afirma. "La idea de que una intervención va a ayudar en todos estos ámbitos diferentes es muy ingenua".
Él y su equipo probaron el DARB con los padres de casi 2.000 niños y adolescentes autistas, un punto fuerte del estudio, dice Catherine Lord, profesora de psiquiatría y educación de la Universidad de California en Los Ángeles y cocreadora de una de las pruebas de diagnóstico del autismo de referencia. Lord no ha participado en el nuevo trabajo.
"Supondrá una gran contribución a la investigación sobre las RRB, que se ha visto limitada, como ellos decían, por las preguntas relativamente sencillas que nos hemos hecho en el pasado sobre ellas", afirma Lord.
El equipo tiene previsto consultar a adultos autistas para desarrollar una versión autoinformada del cuestionario el año que viene, dice Hardan.
Los investigadores llegaron a ocho subdominios, cada uno con al menos nueve conductas específicas, tras analizar 41 estudios sobre RRB y consultar con 40 clínicos e investigadores y 19 padres de niños autistas. En la lista final, 99 conductas se clasifican como conductas sensoriomotoras repetitivas, como girar en círculos o pulsar interruptores de luz; insistencia en la uniformidad; conductas autolesivas, como morderse las uñas o hurgarse la piel; sensibilidad sensorial, como tener aversión a ciertos tejidos; intereses inusuales, como tener fascinación por un número concreto; conductas obsesivo-compulsivas, como una preocupación excesiva por la limpieza; lenguaje repetitivo; o intereses restringidos.
Para cumplimentar el cuestionario, ya sea en persona o por Internet, los padres puntúan la manifestación de cada comportamiento por parte de su hijo en las dos semanas anteriores, desde "ningún problema" hasta "problema muy grave/extremo". Las puntuaciones del DARB se correlacionan con las puntuaciones de comportamientos similares en el RBS-R y el RBQ-2, según descubrieron los investigadores en un análisis de las respuestas en las tres pruebas de los padres de 1.892 niños y adolescentes autistas de la cohorte de investigación SPARK. (SPARK está financiado por la Fundación Simons, la organización matriz de Spectrum).
Los resultados se publicaron en diciembre en la revista Journal of the American Academy of Child and Adolescent Psychiatry.
En comparación con las niñas autistas, los niños autistas presentan conductas sensoriomotoras y lingüísticas repetitivas más intensas y conductas autolesivas menos intensas, según revelaron las respuestas del DARB. Los niños con niveles más altos de ansiedad, medida mediante otros cuestionarios, obtuvieron puntuaciones más altas -lo que indica comportamientos más pronunciados- en todas las categorías del DARB.
El resultado sugiere que los RRB perjudiciales podrían abordarse con los tratamientos existentes para la ansiedad, afirma Hardan.
El equipo también creó "tablas normativas" que detallan las puntuaciones medias en cada subdominio por edad, sexo y coeficiente intelectual. Los investigadores pueden utilizar las tablas para limitar sus participantes en el estudio a aquellos con puntuaciones superiores a la media, lo que podría aumentar la probabilidad de observar una mejora estadísticamente significativa en un ensayo de tratamiento, afirma Hardan.
Casi todos los niños de la cohorte SPARK analizados por Hardan y sus colegas (el 98%) tienen al menos un interés restringido, según descubrieron los investigadores en otro estudio en el que utilizaron el DARB, y el 86% tiene al menos un interés inusual. Las niñas y los niños tienen aproximadamente el mismo número de intereses, pero en el caso de las niñas, éstos tienden a ser más sociales, como la fascinación por un personaje de ficción. Estos resultados se publicaron en Autism Research en diciembre.
El DARB representa la estructura más rigurosa de RRB en niños y adolescentes autistas hasta la fecha, dice Roald Øien, profesor de educación especial y psicología del desarrollo en la Universidad Ártica de Noruega, que no participó en el trabajo. Una versión adulta de la herramienta sería útil, dice, sobre todo una que pueda ayudar a analizar las diferencias de sexo en las RRB.
"Por supuesto que lo utilizaría en la clínica", afirma Øien.
La mayoría de las familias del estudio son blancas y de clase media, por lo que no está claro hasta qué punto la herramienta es extrapolable a personas de otros orígenes, un problema común cuando se utilizan datos SPARK, dice Lord.
"Al final, tenemos que saber si pueden utilizarla personas que no sean voluntarios blancos de clase media", afirma. "Pero eso se podría decir de casi todas las medidas".
Cite este artículo: https://doi.org/10.53053/YWKF5691
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