POR IGNACIO PANTOJA
Fuente: Autismo en vivo | 25/03/2023
Fotografía: Pixabay
Los motivos que me han llevado a escribir sobre mi vida en el colegio Estilo no son solamente para denunciar el bullying que sufrí allí, sino también, dar una esperanza de como una persona autistas puede llegar a prepararse para terminar las carreras universitarias de biología y farmacia.
Empezaré hablando de cómo fueron mis comienzos, mis primeros acercamientos hacía mis compañeros, lo que me llamo la atención de ellos y lo que les llamo la atención de mí.
Es cierto que desde el primer día, allá por septiembre de 1993, ya se dieron cuenta de que no era demasiado sociable, recuerdo perfectamente oírles decir: “a ese le gusta estar solo”.
Me era difícil incluirme con ellos, para empezar en esa época había un gran sesgo de género, los chicos estaban con los chicos y las chicas con las chicas, y los chicos jugaban siempre a una cosa: al futbol.
Eran los tiempos del SuperDepor: el Deportivo de la Coruña que rivalizaba en el título de la liga con el Real Madrid y el F.C. Barcelona, con lo cual en el recreo nos dividimos en dos equipos: los del Madrid y los del Depor.
Sinceramente yo era el niño que peor jugaba al fútbol por mi falta de coordinación motora y lo que hacían mis compañeros era decirme que me pusiera en la parte de arriba y que si cogía algún balón lo metiera para adentro, un poco así, entre burlas.
Así fueron mis cinco años, la discriminación que sufría en las clases también las padecía cuando se trataba de un juego organizado.
Nunca me liberé del estigma, siempre era el peor, el que valía menos, era un reflejo de tener una discapacidad, lo que perdía en lo social parece que también lo perdía en el deporte, salvo en el ajedrez que no sé hasta que punto se puede considera un deporte y es un tema del que ya me he referido en otro artículo de hace unos años.
Ciertamente el jugar mal al futbol y demostrarlo delante de los demás hace notar que socialmente también eres peor, por decirlo de alguna manera que tienes una discapacidad.
Y el tener una discapacidad, ser autista en este caso, es aquello que me comenzó a distanciar de ellos, tanto en el recreo, como en la vida social fuera de este, como veremos más adelante.
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