POR RODRIGO MANZANO
Fuente: Autismo en Vivo | 24/11/2022
Fotografía: Pixabay.com
Hace unos años viví una experiencia maravillosa: un curso de meditación de diez días en silencio, una desconexión total
La meditación Vipassana tiene su origen en la India, y cuenta con la red Dhama Neru para realizar cursos de instrucción en esta técnica con capacidad sanadora de problemas psicosomáticos, en la medida que dichos problemas vienen de la mente, y dicha meditación consiste en gran parte a gestionar los pensamientos, quienes originan el efecto dominó de las enfermedades psicosomáticas.
Este curso tiene unos horarios definidos de meditaciones y comidas. Hay meditaciones obligadas y otras opcionales, empezando desde las 6 de la mañana las obligatorias. Y entre las obligadas las hay que se tienen que hacer en la sala común, y otras se pueden hacer en tu cama. Sólo se come dos veces al día: desayuno a las 7h y comida a las 11h. También hay una pequeña merienda a base de fruta e infusiones a media tarde. Toda la comida es vegana.
Los espacios están divididos entre hombres y mujeres: un dormitorio y un espacio de jardín para cada uno. Sólo se encuentran en la sala de meditaciones común. Al llegar te hacen dejar el móvil y no lo recuperas hasta el último día. Está prohibido hablar entre los participantes e incluso mirarse a los ojos, para garantizar el trabajo introspectivo y evitar cualquier tipo de distracción. Tampoco se puede llevar nada para leer ni para tomar notas. Esto lo veo un pelin exagerado, y de hecho los hay que hacen trampas. Cómo no…
Yo fui teniendo el Síndrome de fatiga crónica, por lo que solía necesitar de dormir más de la cuenta. Les avisé acerca de ello y no hubo problema para que durmiera tanto como fuera necesario. De hecho, los primeros días estuve durmiendo durante todos los tiempos libres y meditaciones opcionales. Una cura de sueño intensiva, casi como nunca antes. Con el paso de los días me fui encontrando mejor, más lleno de energía. Hasta que los últimos días podía hacer el horario normal y estaba lleno de energía como nunca antes desde que enfermé ya hacia unos años. Prácticamente como si me hubiera sanado totalmente.
Sin embargo, al llegar a casa, al conectar con mi realidad, en un día se me fue la energía y volví al estado anterior. Los pensamientos negativos volvieron y me fastidiaron nuevamente. El diagnóstico era claro: el origen de mi enfermedad estaba en los pensamientos y la dificultad de abstraerme de ellos. Para ello está la meditación, precisamente.
Fácil de decir, pero difícil de llevar a cabo con regularidad: se notan los beneficios muy rápidamente, pero cuesta ser constante, pues es un ejercicio que va en contra de nuestro ego, quien suele tomar muchas de nuestras decisiones. El ego se identifica y se engancha a los pensamientos, ya sean positivos o negativos, y la meditación consiste en desconectar de ellos, para conectar con tu alma o yo interior, quien es de hecho mucho más sabio en la toma de decisiones, a quien merece la pena escuchar para dirigir tu vida.
Para mucha gente resulta dificilísimo estar nueve días sin hablar, y de hecho algunos se marchan a medio curso. Para mi era un trocito de cielo en la tierra. Una burbuja de bienestar emocional. Sentía que no necesitaba nada más, o quizás sólo poder escribir, que me encanta.
Ello tiene que ver, sin duda, con mi condición Asperger, o al menos así lo pienso. El placer de la soledad, del silencio y la paz, que tan escasos han sido a lo largo de mi vida, desgraciadamente.
Pueden encontrar más información sobre los centros de meditación Vipassana en https://neru.dhamma.org/es/
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