Madrugada con Àgatha
- autismovivo.org
- hace 10 horas
- 2 Min. de lectura

POR GABRIEL MARIA PÉREZ
Fuente: Univers Àgatha | 27/04/2025
Fotografía: Pixabay
Esta madrugada me pareció que me llamabas.
Esos gritos secos y no demasiado estridentes que haces con naturalidad cuando vas arriba y abajo de casa y que los que convivimos contigo ya ni los notamos, menos cuando te pasas con el volumen, claro.
Me levanté de la cama y, un poco preocupado porque pudieras no encontrarte bien, abrí tu puerta y te vi sentada en el borde de tú cama, con esa sonrisa a media oscuridad.
Yo había encendido la luz exterior para poder atisbar si estabas despierta o no y no ser yo quien te desvelara. Y es que son tantas veces que me parece oirte gritar de noche y han sido falsas alarmas.
Sin acabar de entrar en tu habitación te pregunté si estabas bien, aunque era obvio que por tu autismo severo no verbal no ibas a soltar ni una palabra.
Te levantaste, giraste la vista hacia mí y manteniendo esa sonrisa me dijiste,
-Estoy muy bien papá, pero no puedo dormir. Quería ir al lavabo, pero llevo pañal y no lo entiendo. También quería ir a la cocina y coger unas natillas, porque me ha dado hambre, pero he oído que venías y he esperado a que abrieras la puerta-
Con un escalofrío me acerqué a ti, te abracé intensamente con los ojos cerrados. Olías a rosas frescas y sentí una profunda calma...
Prácticamente lloraba emocionado: ¡hablabas!
Entonces abrí los ojos, estaba sentado en mi cama abrazado a uno de esos dos grandes cojines que tengo sueltos en la cama.
Había sido un sueño.
¡Ese sueño tantas veces con el deseo de que algún día se haga realidad!

Comments