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Lo que hay que saber sobre la depresión para las personas con Asperger




POR ALAN DD

Fuente: Autism Parenting Magazine | 23/06/2020

Fotografía: Pixabay



La depresión es una de las comorbilidades típicas de los Asperger, pero precisamente por esta razón hay que tener en cuenta algunas recomendaciones específicas.


Depresión 101 para Aspies


Tener el síndrome de Asperger suena complicado, pero aprendemos a tener el control, a gestionarlo con el tiempo. Probamos esto, probamos aquello, y empezamos a notar lo que da buenos y malos resultados. Seguro que se hace más fácil. Pero ¿qué ocurre cuando tienes dos afecciones? ¿Tal vez una depresión? Ahora estamos hablando de algo más complicado.


Las personas con Asperger siguen siendo personas; siguen viviendo y sintiendo, piensan y se enferman, y eso es exactamente lo que es la depresión: una enfermedad. La depresión es totalmente diferente para todos los que la padecen, una que cambia con el tiempo, pero que también afecta a los Aspies, como ha afectado a quien escribe esto. Sí, es bastante extraño, pero también posible.


Siendo un Aspie, ¿cómo puedes saber si también tienes depresión? La forma más rápida y sencilla es buscar ayuda profesional en cuanto sientas que hay algo que no funciona, algo que no está funcionando como debería y que te hace sentir mal la mayor parte del tiempo. Acude a un psicólogo, a un terapeuta, a tu consejero, ya que sabe qué buscar y cómo ayudar.


Si no tienes la oportunidad o no sientes comodidad al compartir tus sentimientos con desconocidos, entonces pon ese yo Aspie a trabajar y lee, escucha y/o ve vídeos sobre el tema. Sumérgete en él y aprende sobre los signos, los síntomas, el comportamiento que suelen mostrar las personas de tu edad y sexo; sí, los jóvenes y los adultos son diferentes y también lo son las chicas y los chicos en este tipo de situaciones.


Todos tendemos a cambiar nuestra percepción para que se ajuste a la situación. ¿Qué significa esto? Tienes que tener una idea clara de lo que ha cambiado dentro de ti. Aquí tienes algunas preguntas que pueden ayudarte, pero recuerda que cada persona es diferente:


  • ¿Quiero pensar en esto ahora mismo? Si no es así, ¿por qué?

  • ¿Me gusta hacer lo que normalmente me hace sentir mejor?

  • ¿Con qué tipo de contenidos (música, libros, programas de televisión, etc.) me identifico ahora?

  • ¿Estoy contento con la forma en que están las cosas actualmente?

  • ¿Estoy haciendo lo que me gusta?

  • ¿Me siento cómodo pensando en todas estas preguntas?


Estos son apenas elementos muy generales de lo que es la depresión, lo que significa que tienes que desarrollar tus propias preguntas, y luego observar los signos y síntomas que tiene la depresión en tu caso. ¿Coincide con sus criterios? ¿Te resulta familiar? ¿Se puede relacionar? Si es así, empieza a cambiar tu rutina.


Los cambios en la rutina es lo último que queremos hacer los Aspies. Este es nuestro refugio, este es nuestro lugar seguro, este es nuestro control, pero ten en cuenta que esta situación podría empeorar, y no tienes que hacer un cambio de 180º. Empieza por lo más pequeño, por lo más pequeño que se te ocurra, y en cuanto sientas un cambio positivo, haz otro y así sucesivamente, construyendo un nuevo refugio.


Una de las cosas que he aprendido es que nada es rígido en esta vida, que sí necesitamos cambiar, por lo que podemos tomárnoslo con calma, marcar el ritmo y seguir teniendo el control de ese cambio. Nada avanza ni retrocede si no queremos o si no nos sentimos bien con ello. Ya es una situación compleja, ¿por qué intentar retorcerla aún más? Ve paso a paso, y siempre, siempre, pide ayuda.


Todo aquel que conoce a un Aspie que puede estar deprimido: recuerde que decirle a una persona que se sienta bien no le ayudará a cambiar cómo se siente. Esto es especialmente cierto para un Aspie que no puede entender lo complejas que son sus emociones porque la depresión toma el control y la depresión se defiende. Créeme en esto último, ya que he estado luchando con esta enfermedad desde 2012.


En vez de hacernos hablar, o tomarnos de los hombros y mirarnos directamente a los ojos, lo que podría aterrorizarnos totalmente y acallar nuestras lenguas, envíen un mensaje, escriban una carta y respeten los límites, o díganle a alguien de confianza que lo haga. Si no estamos tan cerca, entonces compartiremos sólo una parte de la historia, tal vez nada, pero con una persona, con la que nos sentimos seguros, todo puede cambiar.


Sugieran algo que podríamos considerar, en lugar de decirnos lo que tenemos que hacer; hágannos saber que hay una opción en la que no habíamos pensado, que hay una forma que nos gustaría probar. Pero no nos dejéis hacer las cosas a nuestra manera las 24 horas del día; sé que necesité esos momentos en los que mis amigos me hicieron hablar y me hicieron escuchar cuando me dijeron lo que tenía que hacer después de que todas mis opciones hubieran fracasado, y eso es algo que siempre les agradeceré.


Con esto no quiero decir que necesitamos que esteis ahí, aunque todos los humanos necesitamos compañía de una forma u otra, sino de deciros que por encima de todo los Aspies y los depresivos necesitamos apoyo, comprensión y respeto.


Para todos vosotros, no olvidéis nunca que toda mejora. Lleva tiempo, lleva trabajo, lleva esfuerzo, pero pase lo que pase, siempre se mejora.


Este artículo apareció en el número 76 - Criando a un niño con autismo: https://www.autismparentingmagazine.com/issue-76-raising-child-with-autism/




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