Jana Casas explicando su día a día a través de un dibujo./ Cortesía de FAMILIA CASAS-GARCIA
POR MARTA RODRIGUEZ CARRERA
Fuente: Ara | 24/10/2022
Fotografía: Familia Casas-Garcia
Una adolescente con autismo aprende cómo funciona la vida a través de la cocina y con la ayuda de una asistente personal
Esta crónica debería estar ilustrada con una fotografía de Jana Casas y Margalida Maldonado frente a los fogones, atareadas con las truchas que cada semana preparan al gusto de la veintena de clientes que les han ido saliendo gracias al boca-oreja . Pero hemos preferido utilizar una fotografía familiar para no correr el riesgo de desquiciar a Jana, acostumbrada a una rutina, por la aparición de una persona extraña en el ceremonial de las truchas.
Casas y Maldonado pusieron en marcha La Cocina de Jana, un proyecto que, a pesar de ser muy casero, nació hace un año con todo ánimo de lucro. Tanto, que gracias a los beneficios planean ya el tercer viaje, a Munich. Pero los beneficios que busca la iniciativa son más nobles que los económicos: quiere dar herramientas básicas a una adolescente con autismo. Jana tiene reconocido un grado III de dependencia (el máximo), que se reevaluará cuando llegue a la mayoría de edad en unas semanas.
Aunque sus padres dicen necesitar atención constante, les hace sufrir que, en el próximo examen, los evaluadores le rebajan un grado si la ven que camina bien o entiende lo que le dicen. La diferencia entre uno y otro grado es no poder contar con las 20,5 horas semanales de asistencia personal que ahora mismo le ofrece Margalida Maldonado. “La asistencia personal es un servicio básico –subraya el padre de Jana, Xavier Casas, de la asociación EVI de Molins de Rei–. Supone tener una profesional dedicada a Jana cuatro horas diarias o que tenga que ir a un centro ocupacional de 9 a 17 horas con 10-20 alumnos más”.
Pueden leer el artículo entero en el siguiente enlace: https://www.ara.cat/societat/truites-jana-autisme-assistencia-personal-dependencia_130_4524470.html
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