La casa de mis abuelos

POR IGNACIO PANTOJA

Fuente: Autismo en vivo | 12/11/2022

Fotografía: Pixabay

Hace cosa de un mes, por motivos que no vienen al caso, tuvimos que viajar a Toledo, de ahí aprovechamos para hacer una visita a mis abuelos que están en un cementerio de un pueblo cercano a la capital de esa provincia.

El viaje, me llenó de recuerdos de hace mucho tiempo atrás, pude comprender que hace más de 20 años era una persona con muchas cosas en la vida, cosas muy buenas y no era capaz de darme cuenta, quizá por el bullying que sufría en los colegios a los que fui de niño y adolescente; el que mis abuelos estuvieran vivos y poder pasar la Navidad junto a ellos era algo que me parecía superficial y, sin embargo, ahora mismo me da ganas de llorar el no poder estar con ellos celebrando la Nochebuena, con ellos y con mis hermanos y mis primos hechos una piña.

Pero el tiempo pasa y una fría mañana de invierno recibimos la triste noticia de que había sucedido lo que todos pensábamos que alguna vez sucedería y a mí, sinceramente, me pilló totalmente de sorpresa y no supe cómo reaccionar.

Desde que nos dejó mi abuelo siento que una parte importante de mí también se murió, ya se acabaron los días en aquella casa, fuera con mis abuelos solo, o en familia y la inmensa alegría de poder pasear por su jardín o comer las marquesitas en su comedor.

Hacía más de 20 años que no pasaba por delante de esa casa y ese día en que he vuelto, he comprobado con cierta tristeza que por fuera estaba totalmente cambiada y pensé que qué pena que nadie recuerde ya a mis abuelos en el pueblo.

El tiempo pasa y suceden muchos cambios, pero yo aún sigo visitando a mis abuelos recordando la promesa que le hice a mi abuelo, y cumpliéndola.