Imán de negatividad

POR SARA BERMUDEZ

Fuente: Autismo en Vivo | 21/10/2022

Fotografía: Pixabay.com

Los malos rollos orbitan alrededor de los Asperger de forma continua y además tienden a multiplicarse. Es algo difícil de gestionar

Los Asperger sufren negatividad por todos los costados:

• La fatiga social y el consecuente cansancio psicológico les lleva a estar de mal humor.

• La alta sensibilidad les hace sufrir cuanto duele más de la cuenta

• Su comportamiento incomprendido les lleva el rechazo y reacciones negativas de los demás

• Su mayor memoria les hace difícil olvidar los malos recuerdos

• Su carácter solidario y dócil les hace ser candidatos al bullying y prácticas similares, como el abuso de autoridad, las broncas, las provocaciones, etc.

• Su colección de traumas les hace ser más susceptibles e irascibles

Seguramente podríamos enumerar algunas situaciones más, pero esta lista es más que representativa. Si a ello añadimos que tienen mayor propensión a la depresión, no hace falta decir que psicológica y emocionalmente, la vida Asperger es una auténtica mierda. Una tortura continua, más o menos dura según el contexto y la capacidad que tenga cada cual de asertividad y gestión de las emociones, entre otras.

No resulta extraño que uno guste de estar solo, para descansar de tanto mal rollo y para ir a su bola sin tenerse que adaptar a ninguna dinámica de grupo, lo que te funde las baterías. El reto de la vida Asperger es complejo, por cuanto requiere del desarrollo de habilidades de asertividad y gestión de las emociones, saber rodearse de personas especialmente adecuadas y alejarse de quienes no lo son, a la vez que disponer de espacios de tiempo y estrategias para aislarse siempre que resulte necesario.

Todo ello es imprescindible para sobrevivir psicológicamente. Afortunadamente, creo que cada vez resulta más fácil, especialmente por cuanto es más fácil trabajar remotamente, y la sociedad acepta cada vez más la individualidad de cada cual, favoreciendo que uno se sienta menos presionado a fingir e integrarse dentro de un grupo contra su genuina voluntad.