ANTONIO LOPEZ
Fuente: Autismo en Vivo | 21/04/2021
Fotografía: Pixabay.com
Pocos saben lo importante que es nuestro subconsciente a la hora de determinar nuestros resultados en todos los ámbitos de la vida. Por razones obvias, no somos conscientes de ello
El subconsciente representa el 95% del poder de nuestra mente, mientras que el 5% restante corresponde a la parte consciente de la mente. Desde que somos niños recibimos mensajes y vivimos experiencias que determinan nuestra visión del mundo, nuestras creencias y paradigmas. Además, también en el subconsciente se quedan todas las experiencias traumáticas que a menudo derivan en miedos, fobias o creencias limitantes, que determinan nuestro comportamiento y lo que atraemos hacia nosotros en cualquier ámbito de la vida.
Seguramente muchos de ustedes han experimentado como se repiten ciertas pautas en cuanto al tipo de experiencias que vive o personas con las que se encuentra en cualquier ámbito de la vida. Por difícil que parezca de creer, la razón de todo ello se halla en nuestro subconsciente, que atrae una y otra vez todo aquello relacionado con los traumas que no ha superado. Más allá de lo desagradable o cansino que pueda resultar, resulta ser un recordatorio de que tiene un trauma o herida en el subconsciente que debe sanar. Sólo cuando lo haya sanado se romperán dichas “pautas de atracción fatal”, por llamarles de alguna forma.
En línea con esto, existe el concepto de los maestros espirituales. Nada que ver con lo que seguramente creen. Los maestros espirituales son aquellas personas que por sus actitudes o comentarios nos perturban, nos generan las mismas emociones negativas una y otra vez. Más allá de lo desagradable que puedan resultar, su función es precisamente informarnos de que tenemos un trauma no superado. Hay que analizar porque nos perturban: ¿qué herida del pasado relacionada con el comportamiento del “maestro espiritual” que no hemos superado?
Esto está muy relacionado con las proyecciones, otra forma de identificar traumas no superados. Cuando nos encontramos en una situación parecida a una experiencia traumática, ésta nos recuerda a la experiencia traumática y automáticamente se activan emociones como las que vivimos durante la experiencia traumática, que muchas veces quedaron reprimidas.
Por otro lado, existen las creencias limitantes que, como resultado de las experiencias traumáticas, limitan enormemente nuestro potencial y nuestra confianza. En este caso, muchas veces el trauma no es necesariamente muy intenso, pero si deja huella en nuestro subconsciente en forma de “Yo no sirvo para…”, “Yo no puedo…”, “Esto no es posible…”, etc.
Ni que decir tiene que las personas con autismo suelen llevar muchos traumas en el subconsciente, dadas sus limitaciones innatas y el rechazo que sufren, o cosas peores. Además, su mayor sensibilidad hace que sean más profundos y la mayor memoria hace que los traumas estén quizás más vivos. Es muy importante tomar consciencia de ello y trabajarlos tan pronto como sea posible. Los traumas del subconsciente son como una mochila que se va llenando de piedras, hasta que llega un punto que uno no puede más y se cae para atrás: ahí llega la depresión.
Los artículos sobre “Reprogramar la mente para ser nuestra mejor versión”, “El poder de la visualización”, “La sombra Asperger” y “Cómo sanar traumas emocionales” profundizan en este tema para aportar más luz acerca de cómo trabajarlo.
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