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POR MIRIAM DÍEZ
Fuente: El Nacional | 03/04/2022
Fotografía: Pixabay.com
El Papa aprovecha a menudo para hablar de la sensibilización ante las diversas discapacidades, para romper los prejuicios y promover una cultura basada en la dignidad de la persona.
Las preposiciones son esenciales para entender este pontificado que algunos quisieran ya liquidado. La preposición "con" es la más significativa de todas. El papa Francisco no se cansa de pedir que las personas funcionen en red, dialoguen, se encuentren y construyan, unas con las otras, y no contra nadie. La dignidad de las personas con autismo y la promoción de la cultura de la inclusión son dos prioridades que el papa Francisco tiene en su programa. Cuando él habla de crear redes solidarias, que la fraternidad esté en el centro de la economía, se refiere a este tipo de inclusión.
Este viernes se reunió con la Fundación Italiana para el Autismo, y les animó a trabajar no para ellos, sino con ellos. Después del encuentro, un grupo de personas con autismo cocinaron y ofrecieron la comida a las personas sin recursos que viven en los barrios adyacentes al Vaticano. El Papa es uno de los grandes enemigos de la cultura que descarta a las personas aparentemente poco productivas o con discapacidad de algún tipo. Todo el mundo es válido.
No se cansa de repetir que se está construyendo una sociedad demasiado centrada en la competencia y el beneficio. El Papa aprovecha a menudo para hablar de la sensibilización ante las diversas discapacidades, para romper los prejuicios y promover una cultura basada en la dignidad de la persona. Frágil y vulnerable no es un sinónimo de inútil, y el Papa anima a situar a estas personas "en el centro". No al lado, sino al centro.
Palabras fuertes que reclaman cambios de políticas, también en la contratación del personal en la misma curia vaticana y, por emulación, en las estructuras eclesiales de todo el mundo. "Situar a una persona con discapacidad en el centro quiere eliminar las barreras físicas", dijo el Papa, pero también garantizar que participe en la vida de la comunidad y aporte su contribución, socializando y expresando su creatividad y, para que sea posible, sin duda hace falta un cambio de mentalidad.
El papa Francisco reconoce que se han dado grandes pasos, pero que aún hay prejuicios, desigualdad y discriminación. El Papa sabe que hacen falta recursos y en los casos de las asociaciones y fundaciones, también benefactores, y no los olvida y agradece que haya personas que destinen sus bienes a este tipo de iniciativas solidarias. En un mismo día han pasado por las salas vaticanas indígenas de Canadá y personas con autismo. En su agenda, él también marca sus prioridades.
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