POR IGNACIO PANTOJA
Fuente: Autismo en Vivo | 02/03/2022
Fotografía: Pixabay.com
Hace ya dos años que estaba donde estoy ahora mismo escribiendo, en la provincia de Málaga, al borde de empezar la primavera.
Tenía muy buen pálpito de lo que me iba a ocurrir, me iba a examinar de farmacología 1, este año me examino de farmacología 2 y ambos años había liberado el parcial del primer cuatrimestre.
La playa, el tibio frío del invierno en el mar Mediterraneo y la luz solar me hacían pensar que todo iba a ir a mejor.
Y no sabía lo que me equivocaba.
Ya hacía tiempo que me venía preocupando lo de “el virus chino”… al principio se percibía como una sombra lejana, poco a poco se fue metiendo en nuestras vidas hasta, dos años enteros.
Se cerró primero el 9 de Marzo la universidad, supuestamente 15 días, pero la cosa empezó a ir a mal.
Y de mal a peor.
Todo se volvió muy negro y la realidad tal y como la conocíamos empezó a desnaturalizarse como un cuadro de óleo.
En unos meses la vida tal y como la conocía se derrumbó.
Me vi solo, triste, abandonado…
Ahora dos años después la COVID-19 parece algo pasado, una pesadilla de la que hemos despertado, sin embargo, al estar en el mismo lugar en el mismo momento del año parece que la historia se repite y algo mal avanza.
Ver la tele, las bombas, los soldados, el cielo gris y la nieve me hacen sentir como si volviese al pasado. Tengo una sensación muy intensa de “déjà vu”.
En fin, Dios quiera que todo vaya bien y nos sintamos todos más humanos y más semejantes como se dijo que iba a ocurrir hace dos años cuando terminase la pandemia.
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