ALEX GARCIA
Fuente: Autismo en Vivo | 28/11/2021
Fotografía: Pixabay.com
El otro día recordé la película Divergentes, que relata como en un mundo ficticio, las personas que no encajan en ningún patrón son no sólo excluidas sino también perseguidas.
En esta película, las personas se clasifican desde jóvenes en una de varias categorías existentes según sus cualidades, personalidad, carácter y vocación. Cada grupo tiene unas funciones definidas en la sociedad de forma totalmente predeterminada y estricta. Están los atrevidos y valientes, a quienes les gusta el riesgo y los retos físicos, que se encargan de la seguridad. Están los intelectualmente más brillantes, que se encargan de pensar como hay que dirigir y organizar la sociedad; los abnegados que se cuidan de las demás personas, etc.
El problema surge cuando hay personas que pueden encajar en varios grupos: los divergentes. Por alguna razón que no acerté a comprender, estos individuos son no sólo marginados sino perseguidos. No recuerdo si también condenados a muerte. El tema es que se les tiene miedo por el simple hecho de ser diferentes. Por desgracia, esto es algo bastante común en la especie humana: el miedo a lo diferente y a la diversidad en general, especialmente en los colectivos de carácter más homogéneo.
El carácter Asperger es netamente divergente, en el sentido de salirse de la norma. Tanto la personalidad, carácter como la forma de comportarse es netamente divergente en la gran mayoría de los casos. Y la reacción de la gente tampoco suele ser demasiado positiva, por no decir de rechazo, en muchas ocasiones. En cualquier caso, se trata de personas que no encajan en los patrones establecidos, y ello les dificulta la integración social. Son tíos raros, y punto.
El tema es que me encanta la palabra divergente, en la medida que transmite que se trata de alguien diferente en un sentido misteriosamente intrigante, que despierta ganas de conocer más. Ser diferente puede ser en muchos casos una ventaja, pero hay muchas formas de presentarlo, teniendo en cuenta también que según el entorno se va a ver como algo interesante o algo rechazable. El hecho de encontrar un término poco habitual que transmite cierto misterio y despierta curiosidad, lleva a mucha gente a querer saber más sobre ti, a partir de lo cual uno puede explicar su condición en clave más positiva.
A partir de ahí uno puede explicar por ejemplo las diferencias entre el cerebro Asperger y el neuro-típico y su forma de funcionar, lo cual tiene varias ventajas interesantes. La clave es evitar palabras que puedan despertar emociones negativas, de una forma lo más objetiva posible y humildemente divulgativa.
Para quienes ya conocen o dicen conocer la realidad Asperger, muchos de los cuales piensan que somos todos unos genios, hay que decir que una de nuestras diferencias es que aprovechamos más el potencial de nuestras capacidades intelectuales a partir de la pasión y la concentración con la que desarrollamos ciertas tareas. Esta es de hecho la realidad, y también es preferible explicar las posibles ventajas de forma que pudiera sonar arrogante, en la medida que queramos conectar con quienes nos escuchan.
¡Me encanta decir que soy divergente!
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