POR KIM BARLOSO
Fuente: Autism Parenting Magazine | 14/06/2021
Fotografía: Pixabay.com
La adolescencia es el momento más difícil para muchas personas, pero mucho más para las personas con autismo, pues es cuando empiezan a sufrir los inconvenientes de su condición.
Signos de autismo en los adolescentes
El autismo en los adolescentes puede reconocerse durante la interacción habitual con los demás en la escuela y en casa.
Los signos verbales del autismo en un adolescente pueden incluir:
No saber entablar una conversación bidireccional; Habitualmente hablar de un solo tema sin permitir que la otra persona hable o responda
Querer hablar sólo de un tema y no querer hablar de cosas que no le interesan
Tomarse las cosas al pie de la letra, como por ejemplo, acercar una pelota a su ojo cuando se le dice "Mantén la vista en la pelota".
Hablar con acento, en tono monótono o con voz cantarina
Utilizar un vocabulario poco habitual que a veces puede resultar anticuado
Tener dificultades para seguir instrucciones
Los signos no verbales del autismo en un adolescente incluyen:
Dificultad para leer señales no verbales como el tono de voz, los gestos y el lenguaje corporal
Usar un contacto visual mínimo, especialmente cuando habla con otros
Muy limitadas o pocas expresiones faciales
En lo que respecta al comportamiento de los adolescentes autistas, un adolescente con autismo podría:
Querer pasar el tiempo solo en lugar de con amigos
Querer que los otros niños jueguen según las reglas
No entender las expectativas sociales, como hacer amigos
Tener pocos o ningún amigo
Preferir hablar con personas mayores que él/ella
Estar demasiado cerca; no tiene el concepto de espacio personal
Diagnóstico del autismo en los adolescentes
El proceso para obtener un diagnóstico de autismo durante la adolescencia no difiere del que se realiza a una edad temprana, pero implicará más preguntas sobre el comportamiento del adolescente en la escuela y sobre cómo interactúa con sus compañeros.
En un diagnóstico formal pueden intervenir uno o varios expertos en el campo del autismo, como pediatras del desarrollo, psiquiatras, psicólogos, terapeutas ocupacionales y logopedas.
Los procedimientos de diagnóstico pueden incluir:
Una entrevista con los padres o el cuidador
Observación real de todas las interacciones con los demás
Un examen físico para descartar otras condiciones médicas
Un examen del desarrollo (una evaluación del progreso del desarrollo desde la infancia hasta la edad actual)
Una vez que se ha diagnosticado a un adolescente, un pediatra cualificado puede recomendar cómo avanzar con terapias y tratamientos conductuales beneficiosos.
Diferencias entre niños y niñas con autismo
Estudios recientes han sugerido que existe una diferencia significativa en la forma en que el autismo afecta a las niñas y a los niños, lo que a menudo da lugar a casos no diagnosticados en las niñas con autismo.
El autismo en las adolescentes
Un estudio (características conductuales y cognitivas de mujeres y hombres con autismo en la Colección Simons Simplex) publicado en el Journal of the American Academy of Child and Adolescent Psychiatry concluyó que los síntomas autistas en las chicas pueden pasar desapercibidos.
Las niñas que tienen niveles de inteligencia normales pueden "enmascarar" sus síntomas. Al tener un coeficiente intelectual medio o superior a la media, las niñas con autismo pueden parecer neurotípicas aunque tengan pocas habilidades verbales y no verbales.
Otro factor que contribuye es la cultura. Una chica que es tranquila y no responde puede ser considerada femenina y de buen comportamiento, mientras que un chico que es tranquilo puede ser visto como inusual o diferente.
El autismo en los adolescentes varones
Los chicos tienen cuatro veces más probabilidades de ser diagnosticados de autismo que las chicas. No hay una razón definitiva para ello, pero algunas teorías afirman que las chicas tienen menos probabilidades genéticas de heredar el autismo. La investigación descubrió que las niñas pueden manejar las mutaciones genéticas y pueden manejar más casos antes de alcanzar el umbral de diagnóstico del autismo.
El autismo y la pubertad
Desde experimentar la sexualidad por primera vez hasta invitar a una chica a salir al baile de graduación, un adolescente con autismo necesita apoyo constante para disfrutar plenamente de esta etapa de su vida. Los padres deben ser conscientes de los cambios que se producirán una vez que el niño con autismo llegue a la pubertad y más allá, ya que el autismo en la adolescencia puede tener sus retos.
Es importante entender que la pubertad ocurre independientemente de los retrasos en el desarrollo de un niño con autismo. La pubertad suele comenzar a los 12 años en el caso de las chicas y a los 14 en el de los chicos, pero puede ser antes en algunos casos.
Los padres, familiares y cuidadores de los adolescentes con autismo notarán cambios significativos durante la pubertad. Estos cambios son principalmente físicos, pero algunos son emocionales y psicológicos.
Los años de la adolescencia pueden ser un reto, especialmente cuando se trata de las presiones de las citas. Se espera que los padres y cuidadores guíen a los adolescentes con la higiene y la comprensión de la sexualidad.
Higiene
A diferencia de sus compañeros, los adolescentes con autismo pueden no ver la importancia de mantener su cuerpo limpio. Otros adolescentes con autismo pueden incluso tener aversión sensorial a ducharse, por lo que lo evitan por completo.
Los padres y cuidadores necesitan desarrollar estrategias consistentes para ayudar a un adolescente con autismo a lavarse rutinariamente y añadir rutinas de higiene como ponerse desodorante y ropa limpia. En el caso de las chicas, es importante compartir consejos de higiene para la menstruación, como el uso de tampones/toallas sanitarias en esta etapa.
Sexualidad
Un adolescente con autismo empezará a sentirse atraído por el sexo opuesto y desarrollará impulsos sexuales. No es infrecuente que los adolescentes autistas se masturben, por lo que es importante que se les enseñe el lugar adecuado para hacerlo.
También es un buen momento para comunicarles los siguientes puntos:
No te expongas en público
No dejes que la gente te toque o toque tus partes privadas
No unirse a un grupo para participar en algo sexual
Tanto si los padres están de acuerdo con este tema como si no, no se puede ignorar.
La posibilidad de sufrir convulsiones puede aumentar durante la pubertad
La probabilidad de que su adolescente autista tenga convulsiones durante la pubertad es de cuatro a uno. La causa no se conoce, pero se cree que se debe a los cambios hormonales del cuerpo.
Los adolescentes con autismo también pueden sufrir convulsiones subclínicas durante la pubertad. Las convulsiones subclínicas son tan débiles que pueden pasar desapercibidas. Se pueden realizar varias pruebas de diagnóstico para averiguar si un adolescente con autismo está experimentando convulsiones, así que si le preocupa, póngase en contacto con el médico de su hijo.
¿Cómo se comunican los adolescentes con autismo?
Los adolescentes del espectro pueden tener retrasos en el habla o en el lenguaje aunque tengan una inteligencia normal o superior a la media. Los adolescentes a los que se les diagnostica el síndrome de Asperger, también conocido como autismo de alto funcionamiento, no suelen tener retrasos en las habilidades del habla, motoras y físicas. El retraso se produce en las habilidades sociales y de comunicación, que se hacen más evidentes una vez que el niño se ha expuesto a situaciones sociales.
Debido a sus limitaciones sociales y verbales, los adolescentes autistas pueden:
No responder adecuadamente
Hablar sólo de un interés específico
No responder a las bromas o al sarcasmo
Hablar con un tono formal y de negocios
Aunque estas lagunas comunicativas no sean graves, pueden perjudicar la vida social de un adolescente.
Diferentes tipos de autismo en los adolescentes
No hay mucha clasificación cuando se trata de autismo en adolescentes. El autismo leve en adolescentes suele ser la razón por la que los adolescentes pueden tener un diagnóstico tardío.
¿Cómo afecta el TEA a un adolescente? El TEA puede afectar mucho a un adolescente en todos los aspectos de su vida. En una época en la que se experimentan cambios físicos e hitos sociales, los adolescentes autistas pueden tener dificultades para enfrentarse a múltiples acontecimientos de la vida.
Algunos ejemplos de posibles retos para un adolescente con autismo son:
Dificultad para seguir rutinas escolares complejas
Comportamiento rebelde en casa y en la escuela
Imposibilidad de hacer amigos por falta de higiene
Dificultad para entender los sentimientos románticos y sexuales
Ceder a la presión de los compañeros sin darse cuenta de las consecuencias
Convertirse en el blanco del acoso escolar debido a sus escasas habilidades sociales y de comunicación
No se sabe qué sorpresas les esperan a los padres que tienen adolescentes con autismo, pero mantener una comunicación abierta entre padres e hijos puede hacer que estos retos sean más fáciles de gestionar. Sin embargo, algunos adolescentes pueden ser obstinados y resistirse a la orientación de los padres. En este caso, los padres pueden buscar la ayuda de un consejero o psicólogo.
Actividades para adolescentes autistas
Las actividades al aire libre y los deportes pueden ayudar a los adolescentes con autismo a descansar de su rutina. También pueden ayudarles a aprender cosas nuevas fuera del aula, lo que es estupendo para la autoestima.
Algunas actividades estructuradas que serían estupendas para los adolescentes autistas son:
Campamento de verano
Natación
Yoga
Fútbol
Senderismo
Equitación
Talleres de teatro
Clases de arte
La seguridad debe ser siempre una prioridad a la hora de alistar a los adolescentes con autismo en estas actividades. Dado que algunos adolescentes con autismo no tienen ningún concepto del peligro, necesitan la supervisión de un adulto cuando realizan tareas potencialmente peligrosas como nadar o escalar paredes.
Tratamientos para el autismo en adolescentes
El tratamiento del autismo en los adolescentes puede ser a veces diferente del tratamiento de los niños más pequeños. Hay programas especializados que se centran en las necesidades específicas de los adolescentes con autismo.
Los tratamientos tienen como objetivo:
Ayudar a la persona a atravesar la pubertad
Desarrollar la autoestima y hacer nuevos amigos
Comprender y gestionar los sentimientos sexuales y románticos
Gestionar los cambios de humor
Posibles tratamientos para los adolescentes con autismo
Entrenamiento en habilidades sociales
Esta formación enseñará a los adolescentes a enfrentarse a situaciones sociales y a responder adecuadamente. Se enseña a los participantes a leer las señales no verbales (lenguaje corporal, contacto visual, expresiones faciales), a resolver problemas sociales y a entender las reglas de las relaciones.
Terapia cognitivo-conductual
La terapia cognitivo-conductual (TCC) es una intervención psicosocial que busca mejorar la salud mental. Esta terapia colaborativa puede ayudar a las personas a encontrar nuevas formas de comportarse cambiando los patrones de pensamiento. Se centra en el cambio de actitudes y pensamientos poco útiles. Por ejemplo, si uno piensa: "Nunca voy a tener amigos", entonces puede sentirse mal y quizás no estar abierto a las amistades.
La estrategia de la TCC consiste en utilizar este tipo de pensamiento pero con un giro positivo. Se puede instruir al adolescente para que tenga pensamientos positivos en lugar de negativos para cambiar su forma de sentir y, en última instancia, cambiar su comportamiento.
Modelado
Modelar es simplemente mostrar a alguien cómo hacer algo. Este enfoque puede utilizarse para enseñar cómo actuar en situaciones sociales, como saludar a alguien o despedirse. El participante también puede aprender tareas básicas de higiene y autocuidado.
Técnicas de autogestión
Las técnicas de autogestión tienen como objetivo ayudar a las personas con autismo a ser independientes en sus tareas diarias. Los adolescentes con autismo pueden realizar esta técnica por sí mismos.
En este enfoque, los objetivos se anotan en un cuaderno u otro tipo de registro. Una vez que se cumplen, pueden marcarse como hechos. Esta práctica permite a los adolescentes ganar independencia mientras aprenden a regular su propio comportamiento.