POR IGNACIO PANTOJA
Fuente: Autismo en vivo | 04/05/2021
Fotografía: Pixabay
A diferencia de mis anteriores artículos más reivindicativos, en éste quiero expresar mi tristeza.
Como dije, durante mi vida, unos 36 años he militado en varios partidos políticos, llevando el TEActivismo (palabra que yo inventé y que significa la lucha por la igualdad entre tea’s y normotípicos) a ellos… pero ni han podido, ni han sabido, ni han querido escucharme… nunca.
Durante todos esos largos años de dedicación a la política a la vez que lo compaginaba con los estudios, siento que he sido víctima de un engaño, que me han utilizado.
Que he sido utilizado por neurotípicos, esta vez políticos, pero al fin y al cabo neurotípicos.
Durante mi época en las juventudes de alguno de estos partidos me han aplaudido, me han oído, pero nunca jamás me han escuchado, me han tendido la mano, pero no me han abrazado. Me han prometido, pero nunca me han dado.
Y es que yo no entré a la política a por un sillón, ni a ganar dinero, ni a hacer amigos, entré a luchar por los derechos sociales de un colectivo invisible como es la comunidad TEA.
Y no les ha interesado nada…
Porque lo tratan como a un tema menor y poco importante.
¿Por qué?
Porque la comunidad TEA, aunque seamos cada vez más numerosos no damos dinero, no se puede hacer marketing como con la comunidad LGTBI, no se puede celebrar el 18 de junio como el 28 de junio.
Pero esto no debería de significar que somos personas, que tenemos menos derechos, que debemos de estar menos orgullosos de lo que somos o que sufrimos menos discriminación unos colectivos que otros.
Comparar discriminaciones es abominable.
Y precisamente alguno o alguna lo hacen.
Y siento ganas de llorar.
Porque escribo esto para que se publique el 4 de mayo, día de las elecciones en Madrid, porque me da lo mismo quien gane, sea izquierdas o derechas, los autistas perdemos por goleada.
Y porque nos sentimos solos, queremos estar cerca, pero estamos solos…
Porque la mayoría vamos a quedar incapacitados en residencias, debajo de un puente, sin trabajo, arruinados de por vida cuando no estén nuestros padres.
Porque hay agresiones hacia nosotros, bullying en los colegios e institutos, ghosting y mobbing en los trabajos y en las universidades.
Porque a estos políticos les damos igual, porque no somos importantes, no nos van a dar las ayudas que necesitamos.
Porque al final lo que no hacen las entidades públicas lo tienen que hacer los padres, entidades como la confederación autismo España, la confederación Asperger España, la Fundación Ángel Rivière…
Lo que nosotros representamos, todos los que queremos hablar terminando por este artículo: silenciados.
Porque no me representan esos neurotípicos que no llevan a ningún o a una ninguna autista en sus listas.
Porque estamos solos y abandonados y seguiremos solos y abandonados, gane la izquierda o la derecha.
Porque no quieren darnos voz.
Gritar ¡VIVA EL AUTISMO! Es un acto de rebeldía social contra esta sociedad normotípica que solo quiere nuestro voto para ganar dinero y poder.
Y mientras, nosotros nos quedaremos fuera de la sociedad, tristes y abandonados.
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